Revolucionarios del arte en el Pinar

Revolucionarios del arte en el Pinar

Una de las materias que más disfruté durante la carrera fue la de Historia del Arte. Teníamos una maestra que impartía la clase desde uno de los campus de la universidad en la Ciudad de México. Éramos de los primeros grupos que tomaban clase a través de videoconferencia. Si mal no recuerdo era 1997 así que Zoom no había llegado a nuestras vidas y aquel sistema era totalmente novedoso para nosotros. Movilizar a todo el salón hacia la sala de audiovisual era todo un acontecimiento que ocurría tres veces por semana. Mi grupo en Mérida era de aproximadamente treinta estudiantes y el de la Ciudad de México contaba con un número similar. En la sala de audiovisual, colocadas a modo conferencia, había quince mesas con dos sillas cada una, en cada mesa había un micrófono a través del cual podíamos comunicarnos con nuestros pares de la universidad hermana. Al frente del salón había una gran pantalla de TV  que nos mostraba a la maestra y otra más que servía para que pudiéramos ver a los alumnos, la distribución del salón  donde se encontraban ellos era muy similar a la nuestra. La maestra era un poco diferente a lo que estábamos acostumbrados, cursábamos la carrera de Diseño así que generalmente tanto los profesores como nosotros vestíamos, por decirlo de alguna forma, con un estilo bastante desenfadado, nuestras manos siempre estaban llenas de pintura y tinta china y nuestra ropa no se salvaba. La maestra era muy alta y sofisticada, su delicada forma de conducirse al llevar la clase nos mantenía embelesados durante las casi tres horas que duraba. Hablaba con muchísima pasión y naturalidad. Siempre he tenido dificultad para memorizar nombres, fechas, datos, así que el hecho de que ella llevara la clase a modo anécdota facilitaba mi aprendizaje.

Han pasado veintiún años desde que salí de la carrera. Sin realmente proponérmelo mi vida profesional me ha mantenido cerca del arte y la cultura. En 2002 estudié un diplomado en artes visuales y aunque después de eso me dediqué a la promoción cultural en el ámbito de las artes escénicas, la historia del arte es un tema que me sigue llamando.

Hace unas semanas mientras pensaba en lo que me gustaría aprender y estudiar este nuevo año, el 2022 que está a unas horas de iniciar,  de manera un poco random llegó a mi la publicidad de una clase de historia del arte que ofrecía Andrea Molina Millet en El Pinar, una de las casas más emblemáticas de Mérida, construida aproximadamente en 1905 durante el auge henequenero en Yucatán. Dos cosas me motivaban a participar, el tema y el lugar, así que compré un par de boletos y el martes 28 de diciembre, asistí a la clase con mi marido, al que agradezco el dejarse convencer y acompañarme.

Ese martes, después de que todos los participantes nos registramos, nos invitaron a pasar a la antesala de la casa donde Andrea nos contó detalles de la construcción y las diferentes familias a las que perteneció hasta llegar a la de su abuelo, José Trinidad Molina Castellanos, “Don Trino Molina”. Nos compartió anécdotas sobre el mobiliario y sus espacios favoritos. En todo momento Andrea invitaba a los asistentes a recorrer la casa y a sentirla propia con ese particular acento yucateco que amo, ese que nos da tanta naturalidad, cercanía y confianza al hablar, tal cual lo define mi marido nos hace ser “super chempó”, que si bien la palabra “chempó” se usa en el sur del país para hacer referencia a la ropa sin planchar, algunos la usamos también para hablar de una persona que es alivianada, divertida, cero pose y muy yucateca.

En la primera planta de la casa visitamos la biblioteca, la sala y el comedor y en la segunda planta las habitaciones, mientras Andrea nos contaba sobre cuál era la recámara principal y algunos detalles de los muebles originales que aún se conservan en el lugar. Al terminar el recorrido nos dirigimos a la parte posterior de la casa. La clase se realizaría justo ahí,  en una terraza abierta junto a la piscina. Durante poco más de cuatro horas, con su respectivo receso medio, Andrea habló con pasión y como si se tratase de sus contemporáneos de Miguel Angel, Caravaggio, Bernini, Rembrandt, Jaques- Luis David, Vincent van Gogh, Picasso y Pollock, en una clase que tituló “Revolucionarios del arte”. 

En el receso, nos contó sobre la ilusión que le daba poder impartir una clase de historia del arte en la que fuera casa de su abuelo, también nos invitó a visitar el ático al cual subimos para descubrir en el tercer piso de la casa, la belleza de un espacio totalmente abierto de color “verde agua”, el cual aún conserva las estructuras de madera que en el pasado dividían los cuartos de las personas de servicio. Después de visitar el ático bajamos al comedor principal de la casa donde habían colocado bocadillos y pastelería para nosotros los visitantes. 

De regreso a la clase, los minutos pasaron deprisa, la particular forma de hablar sobre arte que tiene Andrea nos hacía sentir más humanos a este grupo de artistas que tanto admiramos y que a ratos sentimos tan fuera de este mundo. Algo que me encantó fue que durante la clase proyectaron en pantallas de TV una serie de diapositivas con información destacada de las obras y de los artistas con un lenguaje super coloquial que nos ayudaba a digerir la información y los momentos históricos de una forma muy natural, como si hojeáramos un álbum de fotos mientras escuchamos la narrativa jocosa de algún familiar. 

Definitivamente esta experiencia no me decepcionó, valió la pena enfrentarme una vez más al miedo de asistir a lugares públicos en tiempos de Covid-19. No está de más el contar, que en todo momento los asistentes respetaron la sana distancia y el uso de cubrebocas.

No quisiera concluir este texto sin recomendarles la cuenta de Instagram de Andrea Molina Millet, la encuentran como andreinart. Mención especial decir que esta cuenta fue reseñada en abril del 2020 por la revista Forbes en la publicación Tres Mujeres Mexicanas a seguir en la cuarentena. De igual forma pueden visitar la página web clasesandreinart.com donde encontrarán cursos y clases de historia del arte impartidas por Andrea, tanto gratuitas como con costo.

Comparto en las siguientes imágenes, algunos detalles del interior de la casa, jardines y el ático.

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